Antes de entrar en materia, cabe aclarar un concepto que puede parecer similar e inducir a una confusión. Está la intermediación bursátil, que la realizan los agentes o compañías debidamente autorizadas por la ley y la entidad estatal competente, y consiste en ser intermediarios para la compra y venta de activos financieros del Mercado de Valores. Es decir, conectan al inversionista (demanda) con las inversiones disponibles (oferta) registradas en la Bolsa de Valores.
Conociendo esto, ¿qué es entonces la desintermediación financiera? Es un proceso por el que los agentes económicos intercambian flujos financieros (dinero, activos financieros y equivalentes de dinero) sin la necesidad de que exista entre ellos una entidad financiera de por medio.
Cuando nos referimos a agentes económicos, hablamos de personas naturales, gobiernos y empresas privada. Se realiza la transacción entonces acudiendo a un itermediario bursátil autorizado (por ejemplo, una Casa de Valores) el cual conecta directamente dos lados: un inversor que tiene capital y quiere destinarlo, con una persona natural o jurídidca que requiere ese dinero, ofreiendo un títilo de inversión. Este proceso se realiza sin la necesidad de intervención de una entidad financiera como la banca o cooperativas.
Sin embargo, cabe decir que las entidades financieras como los bancos son los intermediarios más comunes, sin embargo la desintermediación financiera se está expandiendo cada vez más, llegando a ser esencial no solo en la relación entre gobiernos, grandes empresas y Fondos de Inversión, sino también entre empresas y clientes. Poco a poco van surgiendo modos de relación financiera entre clientes y empresas en las que es posible el pago sin mediación. Se van eliminando las distintas trabas, haciendo que el camino entre el cliente y el negocio sea rápido, sencillo, directo, barato y comprensible.